Momentos que te hacen sentir y que nos dan la vida. Toda nuestra familia hemos crecido y vivido en barrios humildes donde los recuerdos nos llevan a valorar el «esfuerzo» de gente «humilde»: Pescadores tirando de la Tralla o de agricultores de la Vega labrando sus tierras, y esta es la «esencia» de Grand Père.
La «humildad» que queremos expresar con una fuerte vocación de servicio, la «humildad» presente en la magia de la luz y la alegría de los momentos que en nuestra niñez pudimos vivir en nuestros barrios.
Nuestra carta refleja fielmente la «esencia» de todas las Abuelas, tanto en la selección de nuestro producto como en su elaboración. La «generosidad» de la Abuela María. La «diferenciación» y «distinción» de la Abuela Lola. El «amor» y el «cariño» de la Abuela Kika y de la Abuela Adela. Agitado y mezclado todo ello en la coctelera de la tradición familiar, con un fuerte componente autodidacta y con base en la cocina tradición Mediterránea Almeriense.
Un lugar con la «esencia» de la Abuela Lola, «distinto» y «distinguido» dentro de un barrio de alma humilde como es el Zapillo. Un espacio, en sus distintas concepciones y momentos, pensado para capturar los momentos de luz y alegría vividos en nuestra infancia en las playas de este barrio de Pescadores y Agricultores. Un espacio de «luz» y «sencillez» que tratamos de reflejar en nuestros colores y en nuestra atención hacia lo que más nos importa, todos.